Estamos en algún condado inglés y la coreografía ejecutada es la de una partido de, digamos, cricket, típica, se supone, de un cierto modo de vida británico. Entre las huellas vistosas que nos han quedado de la que fuera la gloria del Imperio de Su Graciosa Majestad están la práctica y el culto del sport tal como nuestra cultura lo entendió por varias generaciones...